Lechugas resistentes al calor

  
La lechuga tiene de nombre científico Lactuca sativa. El nombre genérico Lactuca procede del latín lactis (leche), y es debido al líquido lechoso que exudan los tallos de esta planta al ser cortados. El adjetivo específico sativa hace referencia a su carácter de especie cultivada. El origen de la lechuga no se conoce con seguridad, pero sí se sabe que su cultivo se remonta a unos 2.500 años de antigüedad pues ya fue cultivada por los persas y los griegos.

La mayoría de las variedades de lechuga florecen en primavera o a principios del verano y luego dejar caer sus semillas, semillas que no germinarán hasta pasado el verano. Este fenómeno, que es conocido como dormancia, es muy útil para la supervivencia de la especie en la naturaleza, pero resulta bastante molesto para los agricultores que pretenden cultivar lechugas durante todo el año.


Con el fin de poner en marcha la germinación de semillas en climas cálidos, los productores de lechuga enfrían la tierra mediante riego por aspersión o bien mantienen las semillas en condiciones frías y húmedas un tiempo antes de sembrarlas, pero estos métodos son caros y no siempre tienen el éxito deseado.

Un equipo de investigadores de la Universidad de California ha identificado un gen de la lechuga que es el responsable del frenado de la germinación de las lechugas cuando la temperatura es demasiado alta. Este descubrimiento podría llevar a obtener variedades de lechuga capaces de germinar todo el año y en regiones del planeta muy cálidas. Estos resultados han sido publicados recientemente en la revista Plant Cell.

Este gen es el responsable de la síntesis de una enzima denominada 9-cis-EPOXYCAROTENOID DIOXYGENASE4 (NCED4), que es responsable de la síntesis de una hormona vegetal denominada ácido abscísico o ABA. Esta hormona, entre otras cosas, es la responsable de inhibir la germinación. En algunas plantas mutantes incapaces de sintetizarla las semillas llegan a germinar cuando aun están en la planta madre. En el caso de las lechugas, las semillas no germinan en la planta madre, pero si que tienen una menor inhibición debida a la temperatura.

La identificación de este gen se realizó gracias al estudio de una especie salvaje probablemente antecesora de nuestra actual lechuga denominada Lactuca serriola. Esta especie no tiene inhibición por temperatura, por lo que comparando los genomas de ambas especies se pudo identificar cual era el gen responsable de este carácter. Gracias a esto se podrán identificar fácilmente variedades de lechuga con este gen mutado o silenciado, y eso permitirá ahorrar mucho dinero y esfuerzo a los agricultores cuando intenten producir lechugas con temperaturas altas.

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