Algas utilizadas como aislantes acústicos


 Un estudio en el cual participan, entre otros, investigadores del Instituto de Ecología Litoral del Campello, en Alicante, del Instituto Tecnológico Textil de Alcoy y de la Asociación del Textil Valenciano de Onteniente, propone reciclar las hojas del alga Posidonia oceanica que acaban en las playas como material para elaborar paneles aislantes acústicos y térmicos para la industria de la construcción. Estos estudios se engloban dentro de un proyecto europeo denominado SEA-MATTER, que promueve los estudios destinados a los usos industriales de los restos de algas marinas, desde técnicas destinadas a su recolección, su transporte o su manejo, hasta el desarrollo de una legislación adecuada que permita la explotación de estos recursos naturales hasta el momento poco explotados.

Según Gabriel Soler, del Instituto de Ecología Litoral, solamente en el municipio alicantino de El Campello se recogen anualmente miles de toneladas de hojas secas de posidonia, principalmente en otoño e invierno, y como efecto de los temporales. Actualmente, estos materiales se recogen y se envían a vertederos, con el consiguiente gasto y daño ambiental.

 




La recogida de los residuos de posidonia de las playas no es un tema tan simple como podría parecer. Estos restos contribuyen a la conservación de la arena de la playa durante los temporales, además de contribuir a la alimentación de algunos animales, por lo que la extracción debe realizarse de manera sostenible.

La Posidonia oceanica es un alga endémica del Mediterráneo. Se distribuye en praderas submarinas que son la principal comunidad ecológica del mar Mediterráneo, oxigenando el agua, manteniendo a niveles bajos la erosión del fondo marino, lo cual permite la implantación de otras especies de algas, y manteniendo una elevada biodiversidad animal.

A diferencia de las algas auténticas, las plantas de posidonia son plantas originariamente terrestres que la evolución ha ido adaptando a la vida submarina, y por ello poseen raíces, tallo y hojas, como las plantas terrestres, aunque adaptadas al medio subacuático. Por ejemplo, en las plantas terrestres el intercambio de gases (CO2 por oxígeno) prácticamente solo tiene lugar en la superficie de las hojas, mientras que en el caso de la posidonia se da en toda la planta, hojas, tallos y raíces. La superficie de las hojas es muy fina, ya que no ha de proteger a la planta de la desecación, favoreciendo de esta manera el intercambio de gases.

Las hojas tienen forma de cinta dispuestas en matas de 6 a 7. Florece en otoño y produce en primavera frutos flotantes conocidos como olivas de mar. Estas plantas también se reproducen de manera asexual mediante estolones, es decir, unos tallos que nacen en la base de la planta y que crecen horizontalmente y a nivel del suelo, y que en determinados puntos, los nudos, generan raíces adventicias y nuevas hojas. Las fresas y los tréboles, por ejemplo, se reproducen principalmente de esta manera. La reproducción de la posidonia por estolones permite la expansión de las praderas. En el caso de las posidonias, la reproducción por estolones es algo más compleja que en el caso de plantas terrestres, ya que los estolones no solamente pueden crecer de manera horizontal al suelo, sino que, en ocasiones en que el espacio disponible es muy reducido, los estolones también crecen de manera vertical. Esto produce un entramado de raíces mezcladas con hojas muertas que permite la retención del sedimento, mientras que únicamente en la parte superior se forman hojas vivas. A estas estructuras se las conoce con el nombre de matte. Las matte tiene una tasa de crecimiento muy lenta, estimada en alrededor de 1 m por siglo. Debido a la acumulación de sedimentos, las raíces suelen encontrarse en ambientes muy deficientes en oxígeno, cosa que no suele suceder en las plantas terrestres. Por ello, la Posidonia a desarrollado una especie de sistema circulatorio de manera que parte del oxígeno producido por las hojas durante la fotosíntesis en lugar de ser liberado al entorno, es transportado y acumulado en las raíces.

Pero las características extraordinarias de esta planta no acaban aquí. Un grupo de científicos entre los cuales se encuentran algunos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos, ambos institutos mixtos del CSIC y la Universidad de las Islas Baleares, publicaron en 2012 en la revista PLOS One que una única planta de posidonia podía extenderse por kilómetros cuadrados, llegándose a identificar una planta que se extendía a lo largo de 15 kilómetros. No solo esto, sino que además estas plantas pueden vivir cientos o miles de años. De hecho, han llegado a estimar que algunas de las plantas de las praderas de posidonia localizadas entre Ibiza y Formentera tienen un mínimo de 80.000 años y un máximo de 200.000, es decir, que es la especie más longeva conocida y que estas plantas germinaron hacia el Pleistoceno tardío, es decir, que convivieron con mamuts y osos de las cavernas. Os podríais preguntar como los investigadores son capaces de decir que unas hojas de posidonia pertenecen a la misma planta que otras separadas kilómetros. El método es bastante similar al utilizado en las pruebas de paternidad. Se extrae el ADN y se analizan una serie de marcadores de manera que se determina si las muestras tienen o no el mismo material genético.

Una curiosidad a cerca de la posidonia. Su nombre proviene de Poseidón, el dios griego del mar, en cambio, en inglés, es conocida como Neptune grass, la hierba de Neptuno, también dios del mar, pero en este caso de los romanos. También resulta curioso su “apellido científico”, oceanica, ya que se trata de una especie que únicamente se encuentra en el mar Mediterráneo. Y es que cuando el botánico y padre de la clasificación de los seres vivos, Linneo, la describió y le puso nombre, pensaba que su distribución se extendía más allá del estrecho de Gibraltar. Algunas curiosidades más, en catalán esta planta recibe el nombre de “alga dels vidriers”, es decir, alga de los cristaleros, y esto es debido a que estos artesanos utilizaban las hojas secas de las posidonias para envolver sus piezas de vidrio y así protegerlas durante los viajes. La UNESCO declaró las praderas de Posidonia situadas entre Ibiza i Formentera Patrimonio de la Humanidad en 1999. Por último, en Cerdeña existe un municipio llamado el Alguer, conocido por conservar el uso del alguerés, una variante del catalán que únicamente se habla en esta ciudad. Pues bien, el nombre de Alguer proviene del nombre latino “algarium”, y fue bautizado así por los romanos debido a la extraordinaria abundancia de posidonia que existe frente a sus costas. 


Podcast Fascinación por las plantas - 012 - Algas utilizadas como aislantes acústicos








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