Chumberas
de plomo y luisas bellas
El
nombre que se da a las plantas a veces es muy claro y conocido, pero
en otras ocasiones no está tan claro y es fuente de discusiones
entre los expertos. Incluso puede ocurrir que una misma especie
reciba diferentes nombres unos de origen conocido y otros no tanto.
Pondré un par de ejemplos.
La
planta de nombre científico Lippia triphylla
es originaria de America del Sur (Argentina, Chile, Uruguay y Perú).
El nombre de Lippia está dedicada al botánico francés Augusto
Lippi mientras que triphyla deriva del hecho de que las hojas se
agrupas de tres en tres: tri- de tres y phyla, de hoja en latín. Con
este nombre probablemente no sabreis de que planta hablo pero lo
aclararé si os digo algunos de sus nombres comunes, que no son
pocos, por cierto: Hierba Luisa, Yerbaluisa, María luisa,
Reina Luisa, Hierba princesa, Verbena de olor, Verbena olorosa,
verbena de Indias, Cidrón, Cedrón, Hierba cidrera, Hierba de las
tres hojas o Hierba de la Primavera.
Los nombres de
verbena se deben a que pertenece al mismo género que la verbena
euopea. Cidrón y derivados se debe a que tiene un aroma semejante al
de los cítricos. Hierba de las tres hojas ya se ha explcado antes.
Pero ¿Y el nombre de Maria luisa y derivados? Pues se debe a los
botánicos Casimiro Gómez Ortega (primer catedrático del Real
Jardín Botánico de Madrid) y Antonio Palau y Verdera (también del
mismo jardín). Estos botánicos recibieron esta planta procedente de
América y cuando la estaban estudiando el principe futuro Carlos IV
anunció su boda con María Luisa de Parma, y en su honor le pusieron
su nombre.
Este nombre tuvo
éxito lógicamente en España, pero no se extendió a todo el resto
del mundo, por razones digamos de afinidades históricas. Así, en
Francia a esta planta se le llama herb louisa, no hay que olvidar que
Carlos IV era un Borbón. En cambio en inglés se llama “lemon
verbena”, o sea, verbena limonera, y también “lemon beebrush”,
que, literalmente, significa cepillo de abejas. En alemán tambien
es zitronverbene (verbena limonera), mientras que en italiano se
llama citronella. Sorprendentemente en portugues se llama bela-luísa,
es decir, bella Luisa, o sea, no se conforman con ponerle el nombre
de la reina sino que además le añadieron lo de bella, hermosa
Luisa. Que le pusieran el nombre en honor a la princesa de España
no es raro ya que en ese momento reinaba en Portugal Jose I, que
estaba casado con Mariana Victoria de Borbón, hija del rey Felipe V
de España y de Isabel de Farnesio. Además, José I era el hermano
de la futura esposa del rey Fernando VI de España, Bárbara. Por
tanto lo de Luisa no es raro, ahora bien, resulta cuando menos
sospechoso que se le añadiera el “Bela” teniendo en cuenta que a
Maria Luisa de Parma ostenta el dudoso y extraloficial título de “la
reina más fea de la historia de España”.
Otro ejemplo curioso
es el de la planta de nombre cientíco Opuntia ficus-indica,
chumbera (en España) o nopal (en México, su lugar de origen). ¿De
dónde procden estos nombres? Empecemos por el nombre científico.
Opuntia deriva de una antigua ciudad grienga llamada Opus y el nonbre
fue usado por Plinio el Viejo para una planta del mismo género que
crecia en esa zona. Ficus-indica significa higo de indias,
entendiendo que se trata de las Indias Occidentales, es decir,
América.
Las palabras nopal y
tuna son de origen nahua. Nopal es la planta y la tuna es el fruto,
concretamente los de color rojo. En nahua las tunas rojas se llamaban
tenochtli, de tetl (piedra) y nochtli (fruto), o sea que significaba
algo así como fruto de piedra. De aquí derivaría el antiguo nombre
de la Ciudad de México, Tenochtitlan. La leyenda anotada en diversos
códices precolombinos cuenta que el nacimiento de la Ciudad de
México fue en 1325 cuando los antepasados de los aztecas recibieron
una señal de su dios Huitzilopochtli para establecerse en ese lugar,
al que llegaron tras un largo peregrinaje. Esa señal fue un águila
que devoró a una serpiente sobre un nopal, por eso se llamó a la
ciudad Tenochtitlan que significa “lugar de tunas sobre piedra”.
Nopal derivaría también del nahua y significaría algo así como
nuestra bandera, de no (nuestro) y palli (bandera o estandarte). Y es
que el nopal es un símbolo de México y por ello aparece en el
escudo y la bandera.
Más
complicado es determinar el origen de la palabra chumbera. Una teoría
dice que proviene del árabe subbarâ, aunque la verdad es que a mi
no me acaba de cuadrar ya que cuando las chumberas llegaron a Europa
los musulmanes ya no habitaban en la Península Ibérica así que veo
difícil que el nombre provenga de su idioma. En latín existe una
palabra parecida, cumba, que significa bote o chalupa, pero no parece
que tenga que ver. Un posible origen que yo creo que es más probable
deriva de la palabra portuguesa chumbo, que significa plomo, y que
deriva del latín plumbum. Es posible que fueran marinos potugueses
los que introdujeran en Europa la chumbera. Ahora bien, ¿Qué tienen
que ver los higos chumbos con el plomo? Una posible razón es que
consumir higos chumbos produce extreñimiento, pero quizás la
explicación mas plausible derivaría del hecho de que fueron marinos
los que trajeron este fruto a Europa. Los marinos utilizaban unas
piezas de plomo de forma ovalada para tensar los cabos o bien para
hundir las redes. Estas piezas de plomo tienen una forma muy
semejante a los de los higos chumbos y quizás de ahí derive su
nombre.
Chumbera
o higo chumbo existe solamente en castellano y en gallego (figo
chumbo), pero no en otros idiomas. En portugues “figa da India”,
en italiano “fico d'india”, en alemán es Kaktusfeige, algo así
como higo de cactus, en catalán “figa de moro” o “pera
espinosa”, mientras que en inglés se llama “prickly pear”, o
sea, pera espinosa.
Curiosamente,
chumbo, en lunfardo, tiene un significado muy diferente. El lunfardo
es una jerga originada y desarrollada en la ciudad de Buenos Aires y
que se dió a conocer en todo el mundo gracias, principalmente, a las
letras de tango. Pues en esta jerga chumbo significa bien revolver o
bien un balazo. Obviamente, deriva del plomo portugues, el material
del que estaban hechas las balas.
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