Guerra
química vegetal
Las
malas hierbas son consideradas como tales porque interfieren y
compiten con las plantas cultivadas y producen pérdidas económicas.
Numerosos estudios han tratado de determinar experimentalmente los
efectos causados por las malas hierbas sobre los rendimientos de los
cultivos. Los resultados obtenidos han mostrado que las pérdidas
originadas por las malas hierbas pueden variar enormemente
dependiendo de numerosos factores tales como la especie de mala
hierba y del cultivo, sus densidades respectivas, la duración del
periodo de competencia, las condiciones climáticas del año, las
características del suelo, los tratamientos realizados al cultivo,
etc. En cualquier caso, se suele considerar que:
- El efecto de la mala hierba sobre el cultivo se debe a la competencia por los recursos como el agua, los minerales o la luz.
- El efecto negativo de las malas hierbas se incrementa cuando se incrementa la densidad de las malas hierbas. Es decir, cuantas más malas hierbas hay, menores son los rendimientos del cultivo.
Además
e la competencia, el efecto de las malas hierbas puede deberse a otro
fenómeno denominado aleopatía. La alelopatía consiste en que
ciertas plantas producen sustancias tóxicas que inhiben o disminuyen
la germinación, el crecimiento o el desarrollo de las plantas
próximas.
Los
compuestos alelopáticos o aleloquímicos pueden ser fenoles,
terpenos, flavonas, alcaloides, etc. y pueden ser producidos en las
raíces o las hojas. La manera de liberarse al suelo puede variar
desde ser liberadas diréctamente por las raíces hasta acumularse en
las hojas y liberarse al secarse éstas y caer al suelo. También
pueden producirse en tallos y hojas, secretarse al exterior y llegar
al suelo gracias a la lluvia. La presencia de microorganismos en el
suelo puede alterar estas sustancias bien degradándolas o bien, en
ocasiones, transformándolas en sustancias con efectos aun mas
inhibitorios. Por otro lado, las plantas cultivadas también pueden
exudar sustancias con efectos alelopáticos frente a las malas
hierbas. Por ejemplo, las plantas de tomate pueden inhibir la
germinación y el crecimiento de algunas especies de malas hierbas.
Una
de las soluciones que tiene el agricultor para reducir la incidencia
de las malas hierbas es, además del uso de herbicidas, arar la
tierra. Al arar las semillas depositadas en el suelo quedan
enterradas a mayor profuncidad de manera que la mayoría de ellas
serán incapances de dar una planta adulta. Además, arar elimina los
restos del cultivo anterior. Sin embargo, también hay opiniones que
defienden la labranza cero, es decir, no arar el suelo, ya que opinan
que produce una mayor erosión del suelo además de consumir más
combustibles y mano de obra, aumentando los costos. El problema es
que los rastrojos que quedan sobre el suelo pueden dificultar la
siembra, y además, como he comentado, pueden producir sustancias
alelopáticas que inhiban la germinación del cultivo.
La
presencia de malas hierbas puede no ser tan importante, en principio,
en algunos tipos de cultivo. Por ejemplo, la presencia de hierbas en
cultivos de árboles frutales puede afectar poco a la productividad
porque los árboles tienen normalmente raíces bastantes más
profundas que las hierbas, y éstas no pueden competir por la luz con
el árbol. Incluso se puede considerar que la presencia de un manto
verde de hierbas favorece la conservación del suelo y evita la
evaporación del agua. Sin embargo, otras opiniones dicen que el
exceso de humedad en el suelo creado por las malas
hierbas puede favorecer el desarrollo de ciertos hongos. En
experimentos realizados por la Universidad de Almería, se ha
comprobado que existe una correlación directa entre la abundancia de
malas hierbas en invernaderos y la incidencia del hongo Sclerotinia
sclerotiorum.
Para
complicarlo aun mas, la presencia de malas hierbas puede incrementar
la presencia de insectos. Los efectos de esto no están claros ya que
hay quien dice que las malas hierbas pueden servir como refugio de
insectos plaga, y hay quien dice que son refugios de insectos
beneficiosos depredadores de las plagas.
En
resumen, la coexistencia entre cultivos y malas hierbas es muy
compleja y la toma de decisiones sobre si eliminarlas o no depende de
muchos factores.
En un
reciente estudio realizado en la
Universidad Estatal de Dakota del Sur se cultivaron tres parcelas. En
una de ellas se cultivó maíz y se elimnaron las malas hierbas, en
otra parcela se cultivó únicamente una mala hierba denominada yute
chino, de nombre científico Abutilon
theophrasti,
un pariente del algodón,
y en la última parcela se cultivaron ambas plantas, maíz y mala
hierba. El maíz cultivado en presencia de la mala hierba crecía
menos que el que crecía solo. Se estudió la expresión de los genes
de maíz y se vió que los cambios de
tamaño iban acompañados de cambios de los niveles de expresión de
algunos genes. Por ejemplo, en las plantas de maíz cultivadas con
malas hierbas se expresaban menos algunos relacionados con el proceso
de la fotosíntesis y más algunos relacionados con los procesos de
estrés. Es decir, la presencia de la mala hierba induce en el maíz
un estado parecido al que produce un estado de sequía ya que en
estas condiciones la planta crece menos y sintetiza menos clorofila
porque sabe que al carecer de sufiente agua no puede crecer mucho. No
se sabe exactamente a que se deben los cambios de la expresión de
los genes pero probablemente sea debido a que el yute chino produce
alguna sustancia alelopática de las que he mencionado anteriormente.
Además, estos cambios en la expresión de genes permanecen aun en el
caso de que las malas hierbas sean eliminadas durante el periodo de
crecimiento del maíz.
Estos
efectos sobre el crecimiento de maíz podían ser previsibles, pero
lo más sorprendente es lo que le ocurría a la mala hierba. Las
plantas de yute chino cultivadas en presencia de maíz crecían más
que las plantas de yute que crecían solas. Estas diferencias de
crecimiento también iban acompañadas de cambios en la expresión de
algunos genes. ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué es lo que hace que una
planta de yute chino crezca más si está en compañía de plantas de
maíz? No se sabe. Quizás al crecer solas se incrementa la
competencia entre ellas, quizás las raíces de maíz proporcionan
alguna sustancia que favorece el crecimiento o bien permiten que el
suelo acumule más humedad o que crezcan ciertos microorganismos
beneficiosos. Habrá que esperar a tener más datos para averiguarlo.
Y
una última reflexión. Si las relaciones entre un cultivo y una mala
hierba son así de complejas, ¿Podemos imaginar el grado de
complejidad que pueden tener las relaciones entre las decenas de
especies de plantas que pueden entrarse en un mismo prado no
cultivado, o en un bosque una sabana o una jungla?
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