Cerveza contra la caries

El lúpulo (Humulus lupulus), es una planta trepadora perenne oriunda de Europa, Asia occidental y Norteamérica que puede llegar a alcanzar hasta los 8 metros de altura. Tiene la peculiaridad de que presenta dos tipos de flores, las flores masculinas y las flores femeninas. Las segundas, de color verde claro, se utilizan como el aditivo principal que se utiliza para la fabricación cerveza debido a sus propiedades saborizantes pero también como agentes estabilizadores. Y es que estas flores femeninas poseen gran número de sustancias químicas que son lo que le dan el sabor amargo y el aroma a la cerveza, pero también contienen substancias con propiedades bactericidas, lo cual favorece la actividad de las levaduras durante la fermentación de la cerveza.

Las brácteas de las flores de lúpulo son descartadas durante la elaboración de la cerveza. Las brácteas son las pequeñas hojas de color verde que rodean a algunas flores antes de que estas se abran. Por ejemplo, las hojas que rodean a las rosas antes de que estas se hayan abierto. Como decía, las brácteas de la flor de lúpulo se descartan en el momento de la elaboración de la cerveza. Sin embargo, científicos japoneses acaban de publicar en la revista Journal of Agriculture Food Chemistry que estás brácteas contienen una gran variedad de sustancias químicas, algunas de las cuales tienen propiedades antioxidantes y que podrían ayudar a combatir la caries dental y la piorrea o perodontitis, inflamación de las encías que puede llevar a la pérdida de la pieza dental. Extractos de brácteas fueron capaces de impedir que las bacterias responsables de estas enfermedades se adhieran a la dentina, evitando de este modo que liberen las toxinas responsables de la patología. Según datos de 2011, únicamente en la región de Baviera, en Alemania, se producen cada año unas 32.000 toneladas de flor de lúpulo, pero las brácteas se descartan. Por lo tanto, existe potencialmente una gran cantidad de brácteas que podrían ser utilizadas para aplicaciones dentales. En resumen, y aunque sea indirectamente, la cerveza podría ayudar a combatir la caries.

Como curiosidad decir que el lúpulo pertenece a la familia botánica de las cannabiáceas, a la cual también pertenece el Cannabis. Ambas especies poseen flores masculinas y femeninas separas y en ambos casos la flor femenina acumula gran cantidad de sustancias químicas, algunas de las cuales pueden tener efectos sedantes o hipnóticos. Estos efectos son bien conocidos en el caso del Cannabis, pero los aceites esenciales de la flor del lúpulo también tienen efectos sedantes e hipnóticos. Los efectos relajantes de la flor del lúpulo son mucho menores que los del cannabis, pero, por ejemplo, los indios de Norteamérica la empleaban para combatir el insomnio y el dolor, y en tiempos del Imperio romano, se llenaban las almohadas con flores femeninas de lúpulo para inducir al sueño.

Las propiedades tradicionales del lúpulo incluían su administración a animales como tranquilizante, pero parece que las propiedades de esta planta podrían ser aun mayores ya que según se acaban de publicar en la revista Journal of Applied Microbiology invetigadores de la Universidad de Kentucky, uno de los componentes de las flores de lúpulo, el beta-ácido, es capaz de inhibir el crecimiento de la bacteria Streptococus bovis, causante de un enfermedad intestinal en los caballos.

Para finalizar, y apropvechando que el año 2014 es el año de la Biotecnología en España, quería indicar que probablemente la fabricación de cerveza sea el primer ejemplo de aplicación biotecnológica ya que se sabe que hace unos 6000 años los sumerios ya fabricaban cerveza en la región del Tigris y el Eufrates. Un grabado de esa época representa a unos bebedores de cerveza junto a los cuales se reprodujeron algunas canciones dedicadas a la diosa de la cerveza, Ninkasi. Se nota que lo de cantar bebido no es cosa reciente. Y digo que es la fabricación de cerveza es biotecnología porque para ello se utilizan levaduras que producen la fermentación de los azúcares de la semilla de cebada y los convierten en CO2 y alcohol. Más o menos por esa misma época y también en Sumeria, se empezó a fabricar pan, que también incluye un proceso de fermentación. Procesos de fermentación son también necesarios en la fabricación del vino.


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