Nuevos genomas de plantas secuenciados


En lo que va de año 2014 se han publicado las secuencias completas de otros tres nuevos genoma de plantas: el del pino taeda, secuenciado por un consorcio de diferentes universidades de Estados Unidos, el de la remolacha azucarera, secuenciado por un consorcio de centros de investigación europeos que incluye institutos alemanes, suecos y dos centros de investigación de Barcelona, el Centro de Regulación Genómica (CRG) y la Universidad Pompeu Fabra, y, por último, se ha publicado la secuenciación del genoma del sésamo, en este caso por un consorcio de instituciones que incluye grupos de investigación chinos, daneses, indios y mexicanos.

De todos ellos quizás el que más llama la atención es la secuenciación del genoma del pino taeda debido a que se trata del genoma más grande secuenciado hasta el momento, 7 veces mayor que el genoma humano. Este tipo de pino es uno de los más abundantes en norteamérica y su madera es muy usada para la fabricación de papel. También existen investigaciones en curso para intentar fabricar biocombustibles a partir de su madera. El conocimiento de su genoma ayudará a los investigadores en los programas de mejora genética de esta especie.

La secuenciación de este enorme genoma ha constituído todo un reto tecnológico, Hay que tener en cuenta que los actuales métodos de secuenciación únicamente permiten obtener secuencias relativamente cortas que después se han de ir ensamblando para reconstruir la secuencia entera del genoma. En este caso, las secuencias que han sido necesarias ensamblar han sido 16 billones... un gran puzle. para complicarlo más, una gran proporción de estas secuencias son lo que se conoce como secuencias repetidas, es decir, una misma secuencia presente en miles de copias en el genoma, lo cual dificulta aún más el ensamblado del puzle. Concretamente, el 82% del genoma del pino taeda está constituído por estas secuencias repetidas.

¿Para qué va a servir esta secuencia? Por ejemplo, ha servido para identificar un gen que confiere resistencia a uno de los hongos más virulentos que afecta a esta especie, la roya fusiforme o Cronartium quercuum. De esta manera se pueden llevar a cabo programas de mejora que seleccionen los árboles que contienen la forma activa de este gen, lo cual puede ahorrar mucho tiempo y dinero a los mejoradores. Otros aspectos que pueden beneficiarse de la mejora son la velocidad de crecimiento, la calidad de la madera, la tolerancia a estreses ambientales, etc.

Una curiosidad a cerca del pino taeda se refiere a su distribución geográfica actual. Este árbol crece mejor en sitios húmedos, aunque puede crecer también en áreas secas. Sin embargo, debido al alto contenido de resina de su madera es muy sensible al fuego, más que otras especies de pinos, por lo que antes de la llegada del hombre su distribución en Norteamérica se limitaba a las zonas húmedas, mientras que en las zonas más al sur predominaban otras especies de pino como el pino de hoja larga (Pinus palustris). Dos factores ayudaron a establecer el predominio de Pinus taeda en estas áreas. En primer lugar, el pino taeda es capaz de colonizar campos de cultivo abandonados mucho más rápido que otras especies por lo que también se le conoce en Estados Unidos como pino "oldfield", es decir, pino "campo viejo". En segundo lugar, la mejora en las técnicas de prevención y extinción del fuego ayudó al pino taeda a prosperar.
 

El segundo genoma secuenciado es el de la remolacha azucarera, planta responsable de la producción del 30% del azúcar  mundial,  y que se utiliza además para  fabricar piensos animales y para producir bioetanol. La historia de la utilización de la remolacha como fuente de azúcar es muy curiosa y tiene que ver con los imperios coloniales de las potencias europeas y con Napoleón, especialmente. En la antiguedad si alguien quería endulzar un plato en Europa solamente podía utilizar miel. Los árabes en el siglo VII llegan hasta la región del Tigris y el Eufrates y descubren la cañande azúcar, cultivo que extienden a Siria, Egipto y Norte de África. A Europa este azúcar de caña llega a través de Al Andalus y de los comerciantes venecianos, pero como mercancias de lujo. Con la colonización se empieza a cultivar caña en las colonias de América y Asia a gran escala, por lo que el precio del azúcar disminuye y acaba siendo casi la única fuente comercial de azúcar hasta el siglo XIX.

A principios del siglo XVIII un francés llamado Olivier Serrés descubre que la remolacha contiene cantidades considerables de azúcar, pero como en ese momento el azúcar de la caña era mucho más barata su descubrimiento pasa desapercibido. En 1745 Federico el Grande de Prusia, a fin de no estar obligado a depender de las importaciones de azúcar de caña dominadas por franceses e ingleses, ordenó a los más famosos químicos de su reino que investigasen formas alternativas de obtener azúcar. Poco después Andreas Margraff, un químico de Berlín, desarrolla un proceso para extraer y solidificar el azúcar de la raíz de remolacha. Sin embargo, tras la paz de Aquisgrán, las relaciones comerciales ruso-inglesas mejoraron mucho por lo que los ingleses inundaron el mercado ruso de azúcar de caña a precios mucho más baratos que los que permitía la remolacha, así que ésta volvió a quedar abandonada.

A comienzos del siglo XIX las colonias americanas  eran las más importantes productoras mundiales de azúcar de caña; su  lucha independentista creó un serio problema para el abastecimiento europeo. Cuando en 1804 Haití, el primer productor mundial de caña de azúcar, se independizó de Francia, Napoleón ofreció un premio para quien proporcionase una solución al grave problema del suministro de azúcar a Francia. Entonces el empresario Benjamin Delessert volvió a proponer la producción del azúcar de remolacha, cosa que en esta ocasión si fue tomada en consideración. Napoleón impulsó el cultivo de la remolacha y concedió a Benjamin Delessert la Legión de Honor y, posteriormente, Bonaparte le nombró barón del Imperio. Los incentivos de Napoleón y las mejoras técnicas en la extracción de azúcar, impulsadas más tarde por la Revolución Industrial, han hecho en la actualidad de la remolacha uno de los cultivos económicamente más importantes.

Volviendo al genoma, la secuencia podrá permitir mejoras en los programas de selección genética de esta planta incluyendo la mejor caracterización de los genes implicados en la síntesis y acumulación del azúcar y también los que proporcionan resistencia a la planta frente a patógenos o inclemencias climáticas.

La remolacha es la primera planta cariofilácea cuyo genoma es secuenciado. Las Cariofiláceas comprenden unas 12.000 especies entre las cuales se encuentran algunas cultivadas como la espinaca, la quinoa o el clavel, además de la remolacha.

El estudio recientemente publicado incluye la secuenciación de 4 variedades de remolacha, lo cual permite tener una mejor visión de la variabilidad de esta especie. Esto a permitido descubrir 7 millones de posiciones en el genoma que presentan variaciones. Sin embargo, estas variaciones no están distribuídas por igual en todo el genoma y los investigadores proponen que estas diferencias son debidas a que la domesticación de la remolacha tuvo lugar muy recientemente y ha sido muy extensiva. Así pues, regiones del genoma responsables de caracteres interesantes para el hombre no han sufrido a penas variaciones entre las variedades mientras que el resto si ha variado mucho. Además, como ya se ha observado anteriormente en la viña o el maíz, hay variedades que contienen genes que no están presentes en las demás. En concreto, se han identificado 271 genes de este tipo.

 
El tercer genoma que se ha secuenciado recientemente es el del sésamo, también conocido como ajónjoli. Esta última palabra proviene del árabe y viene a significar algo así como repiqueteo, ya que las semillas maduras quedan sueltas dentro de una cápsula y al agitarlas suenan de manera similar a una maraca. Las semillas son muy ricas en aceite, más que por ejemplo la colza, la soja el cacahuete o la oliva, y además de ellas se extrae una substancia denominada sesamina, producto que, supuestamente, tiene efectos beneficiosos para la salud. En algunos países orientales y americanos se prepara con él una bebida similar a la horchata, que toman las mujeres para favorecer la secreción láctea cuando amamantan.

Un resultado interesante obtenido de esta secuencia es que no presenta una clase de genes denominados Toll/interleukin-1 que en otras plantas son genes implicados en la respuesta a patógenos. Dado que estas plantas sobreviven sin ellos quiere decir que han desarrollado un mecanismo diferente, y desconocido, de resistencia a los patógenos que puede ser muy interesante conocer. En este caso los investigadores han secuenciado 29 líneas diferentes de sésamo procedentes de 12 países. Esto ha permitido correlacionar las variantes de los genes con el mayor o menor contenido en aceite.

El sésamo sobre todo conocido en nuestro país debido al cuento de Ali Babá y los cuarenta ladrones, perteneciente a Las mil y una noches. Alí Babá, un pobre leñador de Arabia, oye por casualidad a una gran banda de ladrones (cuarenta en total) visitando el escondite de su tesoro en el bosque en el que cortaba madera. El tesoro de los ladrones está en una cueva cuya boca queda sellada mágicamente: se abre con las palabras «Ábrete, Sésamo» y se cierra con «Ciérrate, Sésamo». Cuando los ladrones se marchan, Alí Babá entra en la cueva y se lleva parte del tesoro a casa. Parece ser que este cuento estaría basado en una historia real que sucedió en Sudán. El rey de Sudán Alí Babá rehusaba pagar impuestos al califa de Bagdad. El rey rebelde mandó cerrar todas las minas de oro de las montañas (las cuevas) y detenía a todos los funcionarios que iban a la zona y que no iban de su parte (no conocían las palabras mágicas). Hay que tener en cuenta que de Sudán procedía el 60% del oro que llegaba a Bagdag así que la cosa acabó con una invasión por parte de Bagdag. Alí Babá fue llevado a Bagdad donde entregó todo el oro escondido. La gran cantidad de oro confiscada como el depuesto rey y sus cómplices (los 40 ladrones) fueron expuestos públicamente tanto en la mayoría de las grandes ciudades del Imperio. El espectáculo debió ser tan impresionante que quedo en la cultura popular en forma de cuento. 





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