Acaricia tus plantas

Aunque sin evidencia científica alguna, durante años se ha afirmado que hablarle a las plantas hace que estas crezcan más y mejor. Un trabajo recientemente publicado en la revista BMC Plant Biology ha demostrado que si de verdad quieres que tus plantas crezcan grandes y bonitas entonces lo que has de hacer no es hablarlas sino acariciarlas.
 
 Este trabajo, realizado en la Universidad de Friburgo, en Suiza, consistió en someter a plantas de la especie Arabidopsis thaliana a lo que los investigadores denominan un estrés mecánico leve y después inocular las hojas con esporas del hongo patógeno Botrytis cinerea. Pues bien, las plantas que habían sido “tocadas” presentaban una mayor resistencia al hongo que las plantas control que habían permanecido sin tocar. Y cuando digo tocar quiero decir exactamente eso, tocar. El tratamiento consistía exactamente en poner el dedo pulgar debajo de la hoja y colocar el dedo anular encima de la hoja, presionándola, aunque sin chafarla, claro. Los investigadores descubrieron que la respuesta era mayor si la planta era tocada varias veces, obteniéndose los mejores resultados tras 10 toques. También descubrieron que el efecto era semejante aunque se usaran guantes de látex, de manera que la respuesta no se debía a ninguna sustancia desprendida por la piel humana. Estos efectos, sin embargo, son temporales de manera que 8 horas después de ser acariciadas las plantas conservaban únicamente la mitad de la resistencia inicial al hongo.
 
En realidad, el hecho de que las plantas puedan responder a estímulos táctiles no es algo nuevo. Quizás los ejemplos más conocidos son algunas plantas carnívoras que cierran sus trampas al ser tocadas por un insecto, o el de la mimosa, que repliega sus hojas cuando son tocadas. Por cierto, el nombre científico de la mimosa es Mimosa pudica, es decir, mimosa vergonzosa, y deriva de esta propiedad. Pero además de estas respuestas más evidentes, muchas plantas generan cambios menos visibles cuando son tocadas, incluyendo la síntesis o la liberación de productos químicos, y algo así es lo que se cree que ocurre cuando las hojas de Arabidopsis son tocadas.
 
Los investigadores analizaron la composición de las hojas después de ser tocadas y detectaron algunos cambios químicos, por ejemplo, un aumento el contenido de calcio libre o bien cambios en la permeabilidad de la cutícula, que es la capa de cera que recubre las hojas. Estos cambios podrían permitir la síntesis y la liberación de algunas sustancias que, entre otras cosas, podrían inhibir el crecimiento de los hongos. Respuestas parecidas tienen lugar cuando se realizan, por ejemplo, cortes en las hojas.
 
Ahora bien, ¿Cómo una planta que carece de sistema nervioso y, por tanto, de receptores del tacto, es capaz de percibir cuando es tocada? La respuesta aun no es del todo conocida aunque existen algunas hipótesis. Una de ellas es que al presionar la superficie de la hoja se producen leves cambios en la composición de las ceras que forman la cutícula y las células de la hoja detectan esos cambios por medio de receptores especializados. Otra hipótesis propone que, cuando una hoja es presionada, sus células cambian ligeramente de forma, lo cual hace que algunas de las proteínas que se sitúan en su superficie cambien también de forma y se abran poros en la célula, cambiando la composición del contenido celular e induciendo toda una serie de reacciones que llevarían a la síntesis de las sustancias protectoras. ¿Cual es la hipótesis correcta? Espero que en pocos años podamos descubrirlo.
 
Dicen que acariciar gatos o perros ayuda a mejorar nuestro estado de salud. No sé si acariciar plantas mejoraría nuestro estado de salud pero lo que si parece claro es que mejora el estado de salud de la planta. Así que ya sabéis, podéis dedicar el tiempo libre a acariciar vuestras plantas, pero si lo que tenéis son ortigas o cactus, mejor usad guantes.


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