Secuencian completamente el genoma del melocotonero
El Consorcio
Internacional del Genoma del melocotonero, formado por grupos de
investigación de Italia, Estados Unidos, Chile y España, han
colaborado en los últimos años en la obtención de la secuencia
completa del genoma del melocotonero, Prunnus persica de
la variedad de Lovell, compuesta por 265 millones de bases.
Los resultados han sido publicados en la revista Nature Genetics.
El nombre melocotón
viene del Latín malus cotonus, es decir, manzana algodonosa.
En parte de Hispanoamérica (Bolivia, Chile, Ecuador, Uruguay y
Honduras) y en las Islas Canarias se le denomina durazno, que también
vine de una palabra latina, en concreto, durus acinus, que quiere
decir, “que tiene la piel dura”. El melocotonero es originario de
Asia, y los romanos lo trajeron de Persia, de ahí que su nombre
científico sea Prunnus persica.
El fruto del
melocotonero es el melocotón (o durazno), que contiene una única y
gran semilla central encerrada en una cáscara dura. Esta fruta,
normalmente de piel aterciopelada, puede poseer una carne amarilla o
blanca de sabor más o menos dulce, según la variedad y el grado de
maduración. A la variedad que no tiene la piel aterciopelada se le
llama nectarina o pelón,
pero son eso, variedades de melocotón, no son especies diferentes.
De la misma manera, los paraguayos o chatos, son también variedades
de melocotón que tienen una forma achatada. Los melocotones
achatados que además no tienen piel aterciopelada se conocen como
platerinas.
El melocotonero
pertenece a la familia de las Rosaceas, que incluye unas 3000
especies entre la que se encuentran la rosa, manzana, pera,
membrillo, ciruela, cereza, fresa, almendra, albaricoque, zarzamora,
níspero o frambuesa. Una de las características de las especies de
esta familia es que poseen genomas relativamente pequeños y mejor
caracterizados.
La recientemente
publicada secuenciación del genoma ha relevado que contiene unos
28.000 genes. Además de la secuenciación completa del genoma de una
variedad, también se han secuenciado parcialmente los genomas de
otras 14 variedades. La comparación de estas secuencias ha permitido
apreciar muy pocas diferencias entre ellas, menos de las esperadas.
Este hecho seguramente es debido a la intensa selección genética a
que ha sido sometida esta especie, que lleva siendo cultivada más de
4.000 años, que ha ido eliminando las variedades de genes peores,
incrementando las mejores (peores o mejores siempre desde el punto de
vista humano, claro). Este conocimiento del genoma del melocotón
puede ser explotado para el mejoramiento y sostenibilidad del cultivo
del melocotonero y también de otras especies relacionadas y
económicamente importantes de árboles con genomas menos
caracterizados y, al mismo tiempo, puede mejorar nuestra comprensión
de la biología básica de los árboles.


Comentarios
Publicar un comentario