Plantas gigantes de tabaco que permanecen
jóvenes para siempre
La vida de
las plantas de tabaco es corta. Cuando tienen unos pocos meses de edad florecen
y luego, una vez han producido sus semillas, mueren. Como consecuencia, el tamaño
que la planta puede alcanzar, aun en óptimas condiciones de cultivo, es también
limitado, con un máximo de alrededor de
uno y medio a dos metros de altura.
Un estudio
reciente realizado por investigadores del Instituto Fraunhofer de Biología
Molecular y Ecología Aplicada IME en Munich (Alemania) dirigidos por el
profesor Dirk Prüfer ha identificado el interruptor genético que puede mantener
las plantas jóvenes durante años y que, además, permite un crecimiento sin
límites. En definitiva, una fuente ideal de biomasa. En realidad, el
interruptor genético lo que hace es poner en marcha el proceso de floración. Si
se impide que la floración comience, la planta sigue creciendo y se evita que comience la
muerte programada de las plantas, que se conoce como senescencia.
Las primeras plantas de tabaco a las que se
inhibió este proceso tienen ahora ocho años de edad y siguen creciendo a pesar
de que de manera regular se las corta. Estas plantas han llegado a alcanzar los
seis metros y medio de altura y si no han alcanzado mayor tamaño es porque ya
tocaban al techo de los invernaderos donde se mantienen. La base de su tallo
tiene ya diez centímetros de diámetro.
Por otro lado, mientras que en las plantas de
tabaco normales las hojas de la parte inferior del tallo pronto se vuelven
amarillas y mueren, en las plantas modificadas las hojas inferiores se mantienen
saludables y verdes. Es por esto que los científicos han bautizado a estas
plantas con el nombre de "forever young" (“por siempre joven" en
inglés).
Pero ¿Qué es lo que se ha
modificado en estas plantas para haberlas dotado de esta “eterna juventud” y
hacerlas capaces de crecer sin
límites? Los investigadores insertaron
un gen modificado en la planta. La proteina codificada por este gen es la que en
condiciones normales determina el momento en que la planta florece. En este
caso, la modificación hace que no sea capaz de cumplir su función de manera que
la planta no puede florecer.
Modificaciones
similares podrían realizarse en otras especies de plantas. Por ejemplo, se ha
empezado a trabajar en el desarrollo de
una patata que produciría muchos más cantidad tuberculos. Pero las
posibilidades son muy diversas.
Según el profesor Prüfer:
"Si queremos garantizar la
seguridad en el suministro de alimentos
y materias primas procedentes de
plantas, el rendimiento por hectárea deberá duplicarse para el año 2050. Esta nueva tecnología nos acerca mucho más a esa meta,
Sin embargo, este método sólo es aplicable
a especies de plantas donde las flores no juegan un papel importante en la producción como puede ser la remolacha
azucarera, pero no tendría sentido en otras espcies donde lo que consume
sean la flor, el fruto o las semillas. Si no hay flores tampoco hay semillas, o
sea que estas plantas deben de tener algún sistema de reproducción que no
requiera de éstos órganos como pueden ser los esquejes, acodos, injertos, etc. Esto tiene una
ventaja adicional ya que previene en gran medida, sino
completamente, su propagación accidental en el medio
ambiente, que es una de las principales preocupaciones medioambientales en la utilización de plantas modificadas genéticamente.
En el futuro, los investigadores quieren desactivar los límites de crecimiento de las plantas mediante mutagénesis
química, es decir, mediante técnicas que no
implican la utilización de técnicas de modificación genética. La
ventaja es que una variedad de planta originada de esta manera ya no sería catalogada como modificada genéticamente, por lo que podría cultivarse sin ningún
tipo de restricción legal en cualquier parte del mundo.
Podcast: Fascinación por las plantas - capítulo 4.


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