Un nuevo tejido vegetal
Un equipo de investigación japonés ha descubierto un nuevo tejido vegetal, el primer nuevo tejido vegetal identificado desde mediados del siglo XIX y que se denomina la puerta de Kasahara. Este tejido está situado en las semillas y sirve para regular del flujo de nutrientes desde la semilla hacia el embrión en crecimiento durante la germinación.
Este tejido está situado en el extremo chalazal del óvulo, que es donde el tejido conductivo materno se conecta con la semilla en formación. Antes de la fecundación, en esta zona se acumula callosa, que es un polisacárido, que bloquea eficazmente el paso de nutrientes, pero una vez que se produce la fecundación, la situación cambia drásticamente. La planta activa el gen que produce la enzima β-1,3-glucanasa, y este enzima descompone la callosa, abriendo la vía y permitiendo que los azúcares y las hormonas entren en la semilla. Este sistema pemite a la planta dedicar los recursos únicamente a los óvulos fecundados, mejorando el rendimiento.
Este descubrimiento podría tener aplicaciones prácticas importantes. Cuando los investigadores modificaron la expresión del gen que produce la glucanasa, lograron mantener la puerta abierta durante más tiempo, lo que resultó en semillas más grandes. En el arroz, el tamaño de las semillas aumentó hasta un 9%, y algunos cultivos mostraron incrementos totales en el rendimiento del 16%.
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