Roja, roja y con muchos genes Se entiende por cultivar a una población de plantas que comparten características de relevancia agrícola que permiten distinguir claramente a una población de las demás poblaciones de la especie. El nombre cultivar procede del inglés como contracción de cultivated variety, es decir, de variedad cultivada. Por ejemplo, dentro de la especie de la manzana existen diferentes cultivares que seguro que nos suenan como el Fuji, Golden Delicious, Granny Smith, etc. Todas pertenecen a la misma especie pero han sido seleccionadas para tener ciertas características diferenciales bien en su color, sabor, aroma, forma o tamaño, o bien en otras características menos evidentes pero no menos importantes como su resistencia a insectos u hongos, su precocidad de floración, resistencia a heladas, etc. ¿Pero, que es lo que diferencia, desde un punto de vista genético, una variedad de otra? La respuesta ha de estar, obviamente, en los genes, en el genoma. En ocasione...
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Las encinas y el olor a tigre Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las plantas es que, con pocas excepciones, no se pueden desplazar del lugar donde se encuentran. Y hablo de desplazarse, no de moverse. Algunas plantas puede mover las hojas, las flores o los tallos. Ejemplos muy conocidos son las plantas carnívoras que atrapan moscas, o las hojas de las mimosas que se cierran al ser tocadas. Pero todas las plantas son capaces de realizar movimientos al menos a una escala microscópica. Por ejemplo, todas las plantas abren y cierran los estomas, que son unos pequeños poros que tienen en las hojas y por donde realizan el intercambio de gases, es decir, CO2 por oxígeno. Pero una cosa es moverse y otra muy distinta desplazarse, cambiar de lugar. Esto les afecta, por ejemplo, a la manera en que se defienden de las condiciones ambientales adversas, y también a la manera que tienen de defenderse de los ataques de los patógenos. No es casualidad que las plantas sean fuen...